Profesionales de la salud: vocación por cuidar a otros y trabajar en equipo

/ 23 de Enero de 2015
Erica Castro Inostroza Matrona y académica IPSUSS  Universidad San Sebastián
Erica Castro Inostroza
Matrona y académica IPSUSS
Universidad San Sebastián

Chile ha experimentado una notable mejoría del nivel educacional de su población.  Cerca del 95 % de las personas de 6 a 18 años accede a la enseñanza básica y media y, a continuación, el ingreso a la universidad es la meta por razones económicas, laborales y sociales de un alto porcentaje de jóvenes.

En esta elección, la carrera de Medicina es una de las que más atrae a quienes obtuvieron los mejores resultados PSU. Las motivaciones que llevan a estudiarla son diversas: percepción de vocación por dedicarse al cuidado de las personas; orientación biológica durante los años de estudio; tradición familiar o el logro de un puntaje notable en que la presión del entorno y el estatus social resultan decidores. 

Medicina es impartida en más de 20 centros universitarios ubicados en la mayoría de las regiones del país, lo que ha favorecido la descentralización. Sin embargo, en Chile aún hay déficit de médicos, pues tenemos uno por cada 559 habitantes. Esta brecha también afecta a otras profesiones del área de la salud.

Así, persiste el interés por estudiar estas carreras, ubicadas en la cima de la empleabilidad y con buenos estándares de remuneración, dos aspectos que un o una joven valora en su decisión. Desde el 2007, el área de la salud ha incrementado en más de 20 % las vacantes universitarias de primer año.

Pero, para estudiar Medicina, Enfermería, Kinesiología, Obstetricia u otra de este ámbito se debe contar con una alta dosis de convicción, vocación y entrega, que son la esencia que justifica dedicarse por entero al servicio público y al cuidado de las personas. Sabemos que sólo 44 % de los egresados del área trabaja en el sector público y que muchas plazas están vacantes en zonas rurales y apartadas del país.

Nos enfrentamos a grandes desafíos que se encuentran explicitados en las metas sanitarias para la década. Para su logro, además de la especialización en nuevas áreas de la Medicina y afines, la promoción de la salud y el trabajo comunitario son primordiales.

Para el éxito de este modelo, las prestaciones se desarrollan en diferentes niveles, desde pequeños dispensarios, centros de salud familiar hasta complejos centros hospitalarios. En esta red organizacional cada persona es vital y el trabajo en equipo resulta fundamental.

En la medicina de hoy, la adecuada atención va más allá de la excelencia individual del médico que la ofrece. Se requiere de un trabajo en equipo multiprofesional e interdisciplinario, con una interacción dinámica entre las  diferentes disciplinas. Así, la confianza, la empatía, el interés, la honestidad, la sensibilidad y el respeto son fundamentales en cada profesional de la salud que hoy egresa. 

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