Quieren estar

/ 6 de Enero de 2023

Desean estar presentes en la pega, pero también, con los que son su responsabilidad y felicidad. La organización Yo Quiero Estar expone sólidos argumentos para transformar en ley lo que nos enseñó la pandemia: que se puede producir más cuando nos sentimos cómodos y felices. Que el trabajo no es equivalente a un horario, sino a que a objetivos logrados. Exponen que la fórmula es flexibilidad, trabajo híbrido y la libertad con el compromiso de la responsabilidad.

Por Carola Venegas Vidal.

Verónica Campino y Romina Guzmán tienen mucho más en común que ser profesionales activas, exitosas en sus trabajos y mamás. A ellas las une un sentimiento de querer desarrollarse profesionalmente y de aportar desde sus competencias y talentos, pero, a la vez, la idea de ser madres presenciales en el crecimiento, desarrollo y contención de sus hijos.

Romina es funcionaria pública desde el 2008. Es administradora pública de profesión, y durante la pandemia tuvo a su hijo que ahora tiene un año. “Decidí ser madre gracias al teletrabajo otorgado por la pandemia, dado que antes para mí era imposible compatibilizar ambas cosas: trabajar y ser mamá, producto de las extensas jornadas, lo que me implicaba estar, por lo menos, 13 horas diarias fuera de casa, y muchas más si me quedaba trabajando hasta tarde”, explica.

Verónica Campino es ingeniera comercial, consejera nacional de CORMA, directora de la comisión Más Mujer y asesora en la comisión Más Talento en la misma institución. Se declara mamá apasionada de Cata, Mariana y Asu, trillizas de 13 años, y de Seba, de 11 años. Es también fundadora y presidenta de Yo Quiero Estar, organización en la que, junto a Romina, desarrollan una labor ardua por visibilizar la importancia de la flexibilidad laboral.

Su pelea es el derecho a dedicarse al rol que consideran central en la vida: acompañar la crianza y el desarrollo de las familias. Se puede, dicen, porque la pandemia demostró que la productividad incluso crece cuando se tienen ciertas inquietudes cubiertas.

“El castigo a la maternidad que viví cuando nacieron las niñitas me marcó a fuego, y decidí dedicar mi vida profesional a cambiar un sistema que está enfermando a nuestro país: maltratando a las mamás, olvidando a los papás y perjudicando la salud mental infantil y adolescente”, dice Verónica.

ROMINA GUZMAN
Romina Guzmán.

Romina explica que las principales motivaciones de Yo Quiero Estar son impulsar políticas públicas y privadas que permitan una mayor conciliación y resguardo a trabajadores que a la vez ejercen labores de cuidado. “Es muy importante para lograrlo, mostrar a las autoridades y a la opinión pública la crisis de salud mental que están presentando cuidadores, madres, padres e hijos, en atención a la grave crisis de cuidados que vive nuestro país. En este contexto, el teletrabajo y la flexibilidad laboral son herramientas que no te ponen en la encrucijada de renunciar a trabajar por dedicarte a la familia. Creemos que debe ser un derecho de los trabajadores que ejercen labores de cuidados de menores de edad, adultos mayores y discapacitados, como sucede en países como Australia y Canadá”.

Verónica agrega que lo que buscan las personas en la organización es permanecer con sus familias y que esto no signifique precariedad económica. “Quiero estar trabajando sin que implique dejar a mis hijos 12 horas en la sala cuna para solo llegar a acostarlos en la noche”.

“Si no te veo, no estás trabajando”

Yo Quiero Estar surgió  con otro nombre y como una plataforma social que canalizaba soluciones prácticas a las mamás en Chile, resguardando sobre todo la salud mental.

Las fundadoras son Catalina Schaerer (@mamasincaos) y Verónica Campino (@yoquieroestar). “Nos dimos cuenta que la política y el poder no considera a las mamás como actrices relevantes a la hora de legislar y tomar decisiones. Entonces dijimos, organicémonos y llevemos la perspectiva de la madre a las políticas públicas y privadas”.  Así formaron primariamente, Arriba Mamás Chile.

Desde junio de 2022 hasta ahora crecieron muy rápido. En el intertanto se les acercaron hombres para pedirles ser parte de la cruzada, por eso decidieron cambiar el nombre a su organización, y llamarse Yo Quiero Estar.

Su norte es que la flexibilidad laboral y el teletrabajo sean un derecho de los trabajadores que cuidan a menores de edad, personas con discapacidad o adultos mayores. Su intención es lograr una ley que sea aprobada antes que se acabe la alerta sanitaria (31 de marzo) y, con ello, la vigencia de la mayoría de las leyes de teletrabajo. Para ello están realizando gestiones con parlamentarios de distintos sectores.

Romina indica que “vemos al teletrabajo como una modalidad que permite a los trabajadores conciliar su vida familiar y laboral de manera equilibrada, siempre y cuando sus tareas sean compatibles con este mecanismo”. En cuanto a la percepción de los empleadores, añade que están desarrollando herramientas para obtener datos objetivos. “Sin embargo, dada la experiencia de la pandemia, podemos observar que muchos empleadores se sumaron al mecanismo del teletrabajo de manera forzada por las circunstancias, aunque se destaca que varios implementaron el teletrabajo y la flexibilidad laboral como medidas permanentes, porque se dieron cuenta que pudieron funcionar sin mayores inconvenientes”.

Verónica Campino.

Verónica, por su parte, comenta que si se mira la experiencia comparada, los países que han implementado la flexibilidad laboral y el teletrabajo como un derecho, han tenido excelentes indicadores en gestión de empresa (productividad, atracción de talento, fidelidad, entre otros). “Ahora bien, es tan fuerte la inercia cultural de la presencialidad, eso de que, si no te veo, no estás trabajando, que la ley aquí tiene un rol para adelantar los cambios culturales. También tenemos que hacernos cargo de la falta de confianza que existe en Chile, y ver cómo gestionarla con los instrumentos e indicadores”.

-¿Qué dicen los estudios respecto del rendimiento de los trabajadores y de los beneficios que se obtienen con la flexibilidad laboral?

Romina responde que hay estudios internacionales destacan al teletrabajo y la flexibilidad laboral como medidas que logran aumentar la productividad, retener talento en las empresas, mejorar la equidad de género y disminuir las licencias por enfermedades asociadas al trabajo en las organizaciones. “Países desarrollados como Australia y Dinamarca tienen sistemas de flexibilidad laboral y de teletrabajo que son utilizados por todos quienes lo deseen, sin restricciones de edad o asociados a labores de cuidado”, agrega.

En cuanto a los datos que reporta el estudio Radiografía de la familia y el trabajo remunerado, realizado por Yo Quiero Estar y publicado en 2022, se indica que los encuestados prefieren las modalidades de trabajo remoto o híbrido, con tal de desempeñar las tareas de cuidado de sus hijos, padres u otras personas dependientes. Asimismo, se observa que los tiempos en traslados desde el hogar al sitio de su trabajo y el retorno es uno de los puntos más críticos en relación con el gasto monetario que ello significa y la sumatoria de horas destinadas.

Por otra parte, sobre el ahorro en el pago de los servicios por cuidado de los niños, más de la mitad de los encuestados aseguró gastar sobre el 20 % de sus ingresos, ya sea mediante ayuda doméstica o establecimientos educacionales como salas cuna, jardines infantiles, colegios o after school.

Positivo cambio de vida

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) expuso en su Encuesta de Remuneraciones y Costo de la Mano de Obra, publicada en 2022, que uno de cada diez trabajadores (10,9%) en Chile realizó labores a distancia o de teletrabajo en diciembre de 2021. Y dio cuenta que los trabajos a distancia en el último mes del año pasado se concentraron en los sectores de Información y Comunicaciones (63,3 %), Suministro Electricidad y Gas (36,6 %), Actividades Financieras y de Seguros (34,2 %) y Actividades Profesionales y Técnicas (36,6 %).

Hace cuatro semanas, el estudio Más allá de la revolución híbrida: la paradoja del trabajo flexible en Latinoamérica, realizado por WeWork, junto con la firma de RR.HH. Michael Page, detectó que el 87 % de los trabajadores en Chile hoy prefiere la modalidad flexible, indicando que bajo este esquema -con jornadas entre la oficina y su casa- se sienten más felices y saludables.

Un 84 % de los encuestados considera que la reducción del tiempo de desplazamiento es la principal ventaja de esta modalidad, mientras que el 55 % cree que coordinar los horarios del equipo es el principal reto de este modelo.

El sondeo, que midió la opinión de más de 8.000 personas (distribuidas entre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México), buscó entender los nuevos hábitos, prioridades, demandas y valores de los profesionales en el escenario post pandemia y, en esa línea, también mostró que más del 50 % de los encuestados considera que el modelo híbrido ha impactado positivamente en los procesos creativos, la salud mental y la productividad.

El informe también indicó que, si antes de la pandemia el 84 % de los encuestados en Chile trabajaba de forma presencial, hoy el 74 % lo hace bajo una modalidad híbrida. Adicionalmente, apenas un 17 % de los trabajadores ha retornado a la presencialidad, con solo un 9 % manteniéndose full remoto.

En la comunidad Yo Quiero Estar han recibido testimonios de trabajadores que les han dicho que el teletrabajo les cambió la vida para bien. Sostienen que les han comentado sobre cómo han podido estar presentes en momentos complejos en la vida de sus hijos, detectando situaciones de violencia escolar, que sin esa presencia en casa no habrían notado. Lo mismo ocurre con personas que cuidan adultos mayores, han podido estar cuidando y presentes en la vida de sus padres hasta el último respiro gracias al trabajo remoto.

-¿Qué casos o qué personas son las que más piden flexibilidad laboral?

Verónica explica que en la organización principalmente tienen madres y padres cuidadores de menores de edad, y que son ellos quienes más demandan la posibilidad de continuar con la existencia del teletrabajo. “Sin embargo, y en la medida que nuestro movimiento se ha fortalecido y popularizado, otras personas cuidadoras han requerido de estas modalidades de trabajo. Nos referimos a cuidadores de adultos mayores y a familias con hijos en condición del espectro autista. Y mucho en el sector público. Como país tenemos un desafío en la modernización del Estado, que pasa también por generar mejores condiciones laborales en este sector, que se adapten a la experiencia comparada e incorporen las nuevas tecnologías. La mayoría de los proyectos relacionados con la conciliación vida familiar y laboral son para el Código del Trabajo, y eso es solo para el sector privado (incluido el proyecto de ley de 40 horas que se debate hoy en el Senado). Eso es un error. ¿Porque hacemos distingo? No tiene sentido”, señala.

-Hay trabajos que no pueden tener acceso a esta modalidad. ¿Qué puede pasar en los rubros que exigen presencialidad? Podrían sentir que esta es una causa injusta o que va en desmedro de su bienestar. ¿Podría ser esta una causa de choque, pensando en que se busca legislar?

Romina indica que han reflexionado mucho sobre este punto, porque evidentemente el teletrabajo es aplicable a ciertos tipos de funciones. “No obstante, para ello está el concepto y el derecho a la flexibilidad laboral, que busca más allá de la reducción de la jornada. Es la flexibilización de la misma, donde los horarios y las presencias en los puestos de trabajo sean híbridas o que el empleador permita que el horario de la misma se adecúe a las necesidades del trabajador y su familia”.

Verónica complementa que como país, debemos tener mayor empatía y aspirar a una mayor cohesión social, donde en vez de frenar causas que no me benefician a mí, sino a otros, igual debemos abrazarlas. Si el cambio beneficia a una persona, en mi opinión, merece ser llevado a cabo. Al final del día, todos somos parte del mismo país, y para que a la sociedad le vaya bien, a todas las personas les tiene que ir bien. Así es como prosperan (y no fracasan) los países. “Ahora bien, sin duda seguiremos trabajando otros proyectos para tratar de no dejar a nadie afuera, pero creemos importante avanzar desde la mirada: me sirve, lo apoyo a nos sirve, lo apoyamos”.

-¿Cómo avanzan sus gestiones con la autoridad?

Cuentan que las gestiones que han realizado se enfocan principalmente en parlamentarios del Senado, porque “ellos han mostrado un apoyo férreo a que se debe legislar la flexibilidad laboral y el teletrabajo como un derecho de los trabajadores, cuando la naturaleza de las funciones lo permitan”. Destacan el apoyo de la senadora Paulina Núñez, quien ha impulsado el proyecto de flexibilidad laboral para cuidadores. “Nos ha facilitado sus conocimientos y nos ha proporcionado herramientas para llegar a más parlamentarios, quienes en nuestra última visita al Congreso firmaron un compromiso con nuestra causa. Asimismo, la senadora Loreto Carvajal ha empezado con nosotros, promoviendo el proyecto de flexibilidad laboral entre los parlamentarios de gobierno”, argumentan.

-¿Son mayoritariamente mujeres? ¿Por qué?

Principalmente mujeres, y la razón se funda en que en ellas recaen principalmente las labores de cuidados. Otro motivo es que más del 80 % de los hogares monoparentales los lideran mujeres, y por esto no pueden darse el lujo de renunciar para criar a sus hijos. Una de las razones por la que nos cambiamos el nombre fue para convocar hombres. Como dice Romina, en los hombros de las mujeres recaen las responsabilidades de cuidado. Eso tiene que cambiar y los hombres cuidadores deben asumir el rol que les corresponde y ser responsables también del cuidado de la familia. Así, ir ampliando las nulas redes de apoyo que tienen hoy las mujeres y las madres”, sentencia Verónica Campino.

Romina cree que los cuidados deben realizarse con libertad de tiempo. “El teletrabajo me ha servido para volver a ser dueña de mi tiempo, independiente de mi jornada laboral, soy yo quien define cuándo concentrar mis esfuerzos de trabajo con el objeto de cumplir con mis responsabilidades laborales sin descuidar las necesidades de mi hijo. Por ejemplo, mi jornada formal de trabajo va de 7.30 a 16.30 horas, pero en ocasiones, he debido interrumpirla para atender alguna urgencia de mi hijo y después “devuelvo” ese tiempo, en otro momento del día. Para mí lo importante es cumplir con los objetivos más que con una jornada. Hay veces que prefiero levantarme a las 5 de la mañana para terminar una tarea pendiente y poder atender a mi hijo en la mañana cuando está despierto”. Para ir a trabajar presencial a su trabajo antes de la pandemia, se levantaba a las 5.30 para llegar a las 8.30 al trabajo, retornando a casa a las 19.30 o 20 horas. “En esa época no tenía a mi hijo, ahora, si me hacen volver presencial, no tengo idea a qué hora tendría que levantarme, esa pura pregunta me angustia demasiado”, enfatiza.

En el caso de Verónica su decisión tiene que ver con la acción de “estar”. “Estar presente si hay una cuidadora en mi casa, y si veo a mi hija feliz o no. Estar para ir a buscarla al colegio y darme cuenta si tuvo una mala o buena experiencia. Estar si quieren hablar en algún momento. Estar para verlos caminar. Estar para aplaudirlos en sus deportes. Estar para ver si comió o no. Estar para poder llevarlos al doctor”, destaca.

El valor de acompañar
Verónica y Romina piensan que estar presente tiene un valor emocional fuertísimo en la relación madre, padre e hijo que hoy es poco valorada. “Es una pena, porque si no estuviste esos primeros años y no generaste esa relación, es muy difícil volver. Nuestro objetivo es tener una ley que determine que la flexibilidad laboral y el teletrabajo son un derecho de los trabajadores, y que los empleadores deben respetar, y ese derecho sería aplicable al sector público y privado por igual. Cuando ese hecho sea una realidad, continuaremos con otras iniciativas vinculadas con las familias con hijos en condición del espectro autista y a la protección de la salud mental infantil y adolescente, que en nuestro país es tristemente deplorable”, reflexiona Romina Guzmán.

Verónica apunta que es relevante que existan área estudios en el área laboral y también en el área socioemocional. “Debemos pavimentar un camino para que la flexibilidad laboral sea un derecho de trabajadores que cuidan y también sea un beneficio para trabajadores y organizaciones”, destacó.

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