Reserva de Biósfera Transfronteriza: El proyecto que une a argentinos y chilenos

/ 21 de Febrero de 2007

Foto Reserva
Es un acuerdo medioambiental inédito entre Chile y Argentina que pretende conservar para la humanidad millones de hectáreas en un área compartida en el Cono Sur del continente.

En general la idea ha sido bien recibida, pero ha sembrado dudas entre empresarios turísticos y algunos municipios sureños que temen que las restricciones que impondrá la reserva frene nuevos emprendimientos.
Chile y Argentina están de acuerdo. No es por el gas, ni por los límites geográficos y tampoco por la supremacía en el fútbol, sino por un fin humanitario y de provecho para las futuras generaciones. Resolvieron proteger y conservar zonas territoriales en sus respectivas soberanías para convertirlas en una Reserva de Biosfera Transfronteriza. La iniciativa es inédita en América y promete conciliar el desarrollo sustentable con la protección de la biodiversidad. De esta manera, ambas naciones se suman a la red mundial compuesta por 507 reservas de biosfera en 102 países.

Relación bilateral

Todo comenzó en Concepción, donde a mediados del año pasado se reunieron los comités de integración de ambos países. Fruto de las conversaciones, las autoridades acordaron comenzar el trabajo para crear una Reserva de Biosfera Transfronteriza, que deberá ser reconocida como tal por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en virtud del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB, sigla en inglés de Man and Biosphere).

Ambos gobiernos se comprometieron a conservar en total una superficie de 4 millones 588 mil 177 hectáreas. De ellas, 2.218.177 corresponden a soberanía chilena y 2.370.000 a Argentina. La extensión de la reserva se prolonga, por el lado chileno desde la región de La Araucanía hasta el sur de la Provincia de Palena, en la región de Los Lagos, y al otro lado de la Cordillera existe el compromiso político de que ésta abarcaría las provincias de Chubut, Río Negro y Neuquén.

Para marzo está programada la entrega de las propuestas elaboradas en forma independiente en Chile y Argentina. En espera de esta fecha, se formó en Puerto Montt un Comité de Coordinación en el que participan organismos públicos como CONAMA, Bienes Nacionales, el SAG e INDAP, además de la CONAF y la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura. El comité es presidido por el Intendente Jaime Bertín.

¿Qué es una Reserva de Biósfera?

En 1970, la UNESCO inició el proyecto “El hombre y la Biósfera” para conservar y proteger la biodiversidad bajo el concepto de lo que hoy se conoce como desarrollo sustentable. Se seleccionarían áreas geográficas representativas de los diferentes hábitats del planeta y abarcaría ecosistemas terrestres y marítimos. Junto a la conservación medioambiental se sumó el objetivo de promover el desarrollo económico y humano en esas zonas, así como la investigación, la educación y el intercambio de información entre las diferentes reservas que forman la red mundial.

Las reservas de biosfera están reconocidas internacionalmente, aunque no están amparadas por ningún tratado. De hecho, permanecen bajo la soberanía de sus respectivos países.

Versión chileno-argentina

Siete de las 507 reservas de biosfera son transfronterizas, pero la propuesta chileno argentina es única en todo el continente americano. Se trata de zonas de ecosistemas terrestres, costeros – marinos y una combinación de ambos, en las que se intentará reducir la pérdida de la biodiversidad y elevar las condiciones sociales, económicas y culturales de sus habitantes.

Jerko Yurac, Seremi de Agricultura de la región de Los Lagos -cartera que lidera la iniciativa- sostiene que el proyecto es aún más complejo y vital, porque se vincula con una política definida por la Presidente Michelle Bachelet, dentro de los 5 ejes de la Política Agroalimentaria y Forestal de cara al Bicentenario, en este caso, promover el uso de recursos naturales de manera sustentable y proteger la biodiversidad.

Los firmantes del acuerdo, denominado Reserva de la Biósfera Transfronteriza Andino Norpatagónica sostienen que ésta permitirá también crear un corredor ecoregional binacional, debido a que hay pautas comunes de manejo y de gestión sustentable que se aplican actualmente en las Áreas Silvestres Protegidas de Chile y Argentina, las que están reconocidas en el plano internacional en el marco el programa sobre Hombre-Biosfera (MAB) de las Naciones Unidas.

La reserva chileno-argentina se dividirá en 3 áreas. Una zona de núcleo, donde se realizará una protección a largo plazo, lo que en la práctica implica que en ella no habrá intervervención del hombre; una zona de amortiguación, donde sólo se podrán desarrollar actividades productivas que sean compatibles con los objetivos de la conservación y una zona de transición, donde se evaluará qué nuevas actividades productivas podrían emprenderse en la zona de amortiguación.

El criterio utilizado para delimitar las tres áreas en que se dividirá la reserva está basado en la protección que ya existe en la zona de Parques Nacionales.

Los “pero” a la reserva

El proyecto de conservación medioambiental despertó un debate entre los organismos públicos involucrados y algunos municipios. Las eventuales restricciones para futuros emprendimientos que podría imponer la condición de reserva complica a los ediles, quienes aseguran que la normativa ambiental vigente ya limita bastante el desarrollo productivo en el país.

El alcalde de Chaitén, Luis Gallardo, tiene dudas sobre cómo se afectará a las comunidades que desarrollan pequeñas actividades productivas dentro del territorio que será conservado. Como ejemplo menciona a los grupos de pobladores que basan su sustento en la recolección de leña en los bosques. “Este nuevo título de la UNESCO les permitirá seguir con estas faenas o pasará lo mismo que actualmente pasa en Pumalín y el Parque El Corcovado, donde miles de hectáreas de bosques están abandonadas, pues se impide realizar cualquier actividad productiva en ellas”, cuestiona Gallardo.

El alcalde reconoce que no conoce el proyecto – aún no ha sido presentado al Concejo Comunal- y sostiene que antes de la firma entre ambos países, debe haber un consenso de todos los organismos involucrados. “Ambos gobiernos (Chile y Argentina) no pueden llegar y firmar (el acuerdo) entre cuatro paredes. Recuerdo que yo mismo estuve aplaudiendo cuando llegó Tompkins a esta zona y después ¡mire todos los problemas que hemos tenido para lograr la conectividad que requiere la provincia! Nadie nos asegura que esto (la reserva) no vaya a impedir a futuro la acción turística”.

En la comuna de Puerto Varas –que tiene áreas que quedarían dentro de la reserva- también hay cuestionamientos. Su alcalde, Ramón Bahamonde, asegura que las normas del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) han encarecido algunos proyectos o han limitado la ejecución de otros, por lo que temen que con este título surjan más complicaciones.

Los responsables de la iniciativa aseguran que este nuevo estatus no implicará ninguna medida adicional a las que ya operan en las áreas silvestres protegidas y que la reserva tendrá zonas donde se podrá realizar actividades productivas que sean compatibles con los objetivos de la conservación.

Héctor Adriazola, jefe del área de manejo del fuego de la Provincia de Osorno y responsable de la CONAF en el proyecto, señaló que la propuesta es clara en este punto. “No hay que confundir protección con conservación, y esto último es lo que se hará, al darle un uso al bosque sin perder el recurso”, precisa.

La voz de los hoteleros

Los empresarios hoteleros también expresaron sus “pero” en torno al proyecto. Les preocupa el hecho de que el reconocimiento de la UNESCO que tendrá esta reserva transfronteriza les impida seguir explotando turísticamente el área que quedará dentro de la Reserva para la Biosfera.

Según Héctor Adriazola ya hubo conversaciones con los hoteleros para explicarles los alcances del proyecto. “Ellos entendieron que es un plus para el sector, porque hay un beneficio adicional al hablar de un centro que está dentro de una Reserva de Biosfera. Es un plus que se vende”, enfatiza. En la SEREMI de Agricultura dicen que las inquietudes de los hoteleros fueron superadas con la delimitación de las áreas de amortiguación y transición que permitirán el desarrollo de proyectos turísticos o emprendimientos que cumplan con la normativa ambiental vigente.

¿ Y Pumalín?

El SEREMI de Agricultura, Jerco Yurac, reconoce que la incorporación de las miles de hectáreas del Parque Pumalín, ubicado en la Provincia de Palena y de propiedad del magnate norteamericano Douglas Tompkins, es un tema que aún no se resuelve. “El ministro Alvaro Rojas está evaluando su probable incorporación total, parcial o su eventual exclusión. La propuesta sería más interesante si se incluye esta área privada, pero como el tema es sensible, se está analizando”, indica Yurac.

En la CONAF aseguran que no existen problemas con Pumalín, ya que incluso Tompkins quiso que el parque por sí solo obtuviera la categoría de Reserva, pero que no pudo recibirla, porque esta petición sólo pueda ser hecha por los gobiernos de cada país. “En cambio ahora no habría problema para incorporar su parque al proyecto binacional, más todavía si se considera que el empresario norteamericano posee varias hectáreas en el lado argentino de la cordillera”.

Carlos Cuevas, representante de Pumalín, sostiene que a ellos les agrada la idea de ser parte de una reserva transfronteriza, pero que ésta es una decisión que sólo le compete al Estado.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
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