Basada en principios como el acceso oportuno a la salud y la equidad, nació en 2008 un programa piloto de Telemedicina en el Hospital Las Higueras, en Talcahuano, que no sólo cambió el paradigma de las consultas presenciales, sino que redujo drásticamente las listas de espera de las especialidades involucradas en la iniciativa. Hoy, a la espera de un escalamiento nacional del modelo, ya se registran 76.478 tele-transacciones en la macrorregión sur y Maule en los últimos cuatro años.
La Telemedicina, entendida como la prestación de servicios médicos a distancia, a través de tecnologías de la información y de comunicación, y que incluye consulta, diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, es una práctica que, desde hace años, es cada vez más usada en países desarrollados, permitiendo optimizar los servicios de atención y posibilitando a pacientes de zonas alejadas acceder a especialistas.
Sin embargo, hasta hace una década era un modelo que no parecía factible de implementar en Chile, pues nuestra idiosincracia mostraba que los pacientes estaban acostumbrados a consultas presenciales con su médico tratante. No obstante, a raíz de la necesidad de satisfacer la demanda sanitaria de pacientes del área pública, quienes en 2006 formaban parte de interminables listas de espera, que le significaban esperar más de un año antes de “ver” por primera vez al especialista, se decidió implementar en la Región, como plan piloto, la Telemedicina.
“Esa realidad contrastaba con el concepto de acceso oportuno a la salud. Esos tiempos de espera eran escandalosos, sobre todo si pensamos en problemas cardíacos, que en un año pueden provocar graves secuelas o la muerte del paciente”, señala el cardiólogo Francisco Albornoz, Jefe de la Unidad de Medicina Cardiovascular Integrada del Hospital Las Higueras y Director del Programa Telemédico-Cardiovascular.
Fue justamente ese afán de generar un modelo de acceso oportuno, concepto muy ligado al de equidad, lo que motivó la implementación en 2008 del programa de Telemedicina Galileo, en el Hospital Las Higueras (dependiente del Servicio de Salud Talcahuano), iniciativa que comenzó unida al área de Cardiología, con el Dr. Albornoz a la cabeza.
El profesional, quien se había formado en Estados Unidos, donde ya se usaba tecnología especialmente diseñada e implementada al servicio del proceso clínico, presentó esta iniciativa como una forma de mejorar los parámetros de equidad y acceso oportuno.
Imbatibles resultados
Comenzaron atendiendo las consultas de los hospitales de San Carlos y de Curanilahue, apoyando su proceso clínico de atención en el área de Cardiología, y ya en 2010 realizaron el primer análisis de evidencia, que estableció que los tiempos de acceso a la primera respuesta del especialista habían disminuido desde año y medio a 54 horas, en promedio, evidencia irrefutable de que el sistema funcionaba con imbatibles resultados.
Además, se había logrado generar la priorización del acceso a intervencionismo avanzado de los pacientes, definido clínicamente, algo que antes no existía. “Esto quiere decir que se había cumplido con el concepto de acceso oportuno, entendido como aquel que permite que el paciente más grave sea visto primero, para luego revisar los casos menos urgentes”.
Asimismo, se estableció un sólido canal de seguimiento de los pacientes, ya que tanto los médicos de lugares remotos como los especialistas contaban con acceso electrónico a las interconsultas; evaluación de pacientes por video en tiempo real, e informes inmediatos de exámenes en línea por especialistas.
Esto también significó que los médicos generales estuvieran ahora más comunicados con los especialistas cardiovasculares, redundando en un aprendizaje médico continuo y en la entrega de un mejor servicio a los pacientes, quienes evaluaron positivamente la iniciativa.
Aún cuando las listas de espera se acortaron extraordinariamente, tanto para consultas clínicas cardiovasculares, como para resolución de los problemas de salud asociados a esta especialidad, el Programa de Telemedicina quiso avanzar aún más. “Decidimos complejizar la capacidad diagnóstica de los hospitales generales y Cesfam de la Región, instalando Unidades Telemédicas, equipadas con tecnología de punta para permitir la interacción en tiempo real a través de video, y entrenar a enfermeras para ejecutar exámenes no invasivos, como test de esfuerzo, ecografías cardíacas, que antes eran privativos del cardiólogo en hospitales de alta complejidad, lo que ralentizaba el sistema. El posibilitar la toma de estos exámenes en los centros generales, y ponerlo a cargo de enfermeras, que podían efectuarlos a diario, aumentó la disponibilidad de esta capacidad diagnóstica en esos centros hospitalarios, agilizando la toma e informe de imágenes médicas y la realización de interconsultas electrónicas entre los establecimientos de atención primaria y el centro de especialidad en el Hospital Las Higueras”.
Escalamiento del Programa
Todos estos datos fueron presentados en congresos nacionales e internacionales, momento en que el gobierno de ese entonces solicitó ampliar el modelo a otras especialidades y centros, tarea para la que les entregó recursos por más de un millón de dólares. Con esto, consiguieron escalar el modelo, generando una red de 20 establecimientos sanitarios en línea, altamente equipados, dejando de lado el concepto de Telemedicina, para pasar a hablar de Teleprocesos en Red, entendido como un programa formal regional.
En 2015, el Ministerio de Salud decidió convocar un Directorio encargado de generar una política nacional que permitiera el escalamiento sistemático de este modelo, que se espera esté listo durante el próximo año, que se basará en la experiencia acumulada en su implentación en el Biobío.
Sin embargo, hoy, en casi todo el país se han generado distintas iniciativas telemédicas, aunque ninguna al nivel de los Teleprocesos en Red implementada por el Servicio de Salud Talcahuano, que también está apoyando al Servicio de Salud de Valdivia para levantar un proyecto similar.
En términos simples, este sistema de especialidades integrado, que posibilita diagnósticos inmediatos y consultas entre los distintos especialistas sobre un mismo caso, los que se analizan virtualmente, disminuyendo los tiempos entre la toma de exámenes y la obtención de resultados, o entre la atención y el diagnóstico del especialista, funciona de la siguiente manera: El paciente concurre a la atención primaria, ve al médico, quien considera que por sus síntomas debe ser visto por un especialista. Así comienza el proceso, a través de una interconsulta electrónica formal, que contiene datos previamente establecidos, además de la información específica del paciente, lo que es enviado, vía web, a la plataforma de Teleprocesos. Allí, hay operadoras que separan la información, enviándola a distintas “canastas”, dependiendo del especialista requerido y la zona desde la que se envía la consulta. Desde allí es tomada por el médico especialista, quien revisa primero las marcadas como prioritarias por considerarse de mayor urgencia. (Cabe destacar que, por ser un servicio catalogado como 24/7, el médico puede acceder a estas notificaciones dentro o fuera de su horario de trabajo o, incluso, estando fuera del país). Con la información recibida, y ante la consulta del médico tratante, el especialista elabora (en un tiempo establecido) una primera respuesta que, según el caso, puede terminar con una respuesta definitiva, como aumentar o reducir la dosis de un medicamento; pedir al médico que llame al paciente para entrevistarlo (tele-presencia), vía video, sobre los detalles de su dolencia o, definitivamente, pedir al paciente que concurra presencialmente a una consulta con el especialista. Gracias a este proceso, el sistema ha logrado ser altamente eficiente, evitando largos tiempos de espera para recibir el diagnóstico del especialista y evitando traslados innecesarios para concurrir a una consulta o para realizarse exámenes.
Hoy, el Hospital Las Higueras funciona con Teleprocesos en Red en las especialidades de Cardiología, Nefrología, Neurología y Siquiatría Infantil, a lo que hace poco se sumó Geriatría, y ya cuenta con seis unidades telemédicas de alta complejidad en los hospitales de Tomé, San Carlos, Chillán, Angol, Las Higueras y prontamente en Curanilahue, beneficiando así a los servicios de salud de Araucanía Norte, Maule Sur y Arauco. La idea es que cada 50 mil habitantes se cuente con una Unidad Telemédica de alta complejidad.
“Estoy convencido de que en la siguiente década, el 40 % del acto médico va a estar en la web, porque se entenderá que la virtualización no es una medicina aparte, sino parte de la cadena presencial del servicio… Ya deberíamos dejar de hablar de Telemedicina para hablar sólo de medicina, un proceso en el que un paciente podrá en algún momento tener un encuentro presencial con el médico y que, en otro, será a través de una interfaz virtual. El espíritu es el mismo: el cuidado del enfermo”, puntualiza el Dr. Albornoz.