En las últimas semanas se han publicado índices y encuestas relacionadas con la percepción de los empresarios y ejecutivos frente a temas coyunturales, como las reformas impulsadas por el ejecutivo, la inversión y otros. Todos ellos, asuntos que afectan el desarrollo regional. En el Octavo Índice de Percepción Empresarial (IPER) que elabora la Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción, junto con UNAB y la firma EY (ex Ernst & Young), se muestra el sentir de los empresarios en este primer semestre. Esta observación, la más negativa desde que se realiza el estudio, se explica por la expectativa de menor actividad económica y la pérdida de confianza del empresariado frente al auge reformista en que estamos inmersos, con el planteamiento de cambios simultáneos en la normativa tributaria y laboral.
A las dificultades propias de un país abierto al comercio mundial, con fuerte competencia de productos extranjeros, se ha sumado la duda de los inversionistas en torno a las consecuencias que tendrán estas reformas una vez implementadas.
Los empresarios son personas que requieren, como todos nosotros, contar con factores esenciales para la toma de decisiones, tales como confianza, certidumbre y reglas claras y permanentes en el tiempo. El IPER Bío Bío ha presentado en el pasado distintos matices respecto del desarrollo económico local, pero en esta última versión la perspectiva empresarial confirma la decisión de las empresas que, frente a la incertidumbre, prefieren esperar. Esto no es sorpresa para quienes nos relacionamos con la industria y, en especial, con la valiosa información que periódicamente nos entregan los socios de la CPCC.
Lamentablemente, el IPER no es el único análisis que pone de manifiesto esta magra realidad. Los resultados del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, presentados por el Banco Central en el Senado, confirman el escenario de desaceleración de la economía nacional y pronostican un empeoramiento en las principales variables macroeconómicas. Sin duda, una situación preocupante que debe corregirse con sentido de urgencia, con una adecuada disposición de las autoridades para una toma de decisiones que favorezcan la inversión, el crecimiento y a las personas. Aún hay tiempo para enmendar el rumbo, y los gremios empresariales estamos disponibles para seguir trabajando en las mejoras y cambios que las reformas necesitan en pos del desarrollo del país.