Unidad es supervivencia y felicidad

/ 24 de Octubre de 2011

La tesis del espejo retrovisor es insuperable como modelo de vida tanto para las personas naturales como para las personas jurídicas en lo que deseamos graficar a propósito de este mundo 2011 en crisis total a nivel nacional e internacional, y nos invita a mirar con atención hacia atrás; como cuando Ud. va conduciendo su vehículo para tener presente los riesgos próximos y eventualidades futuras.
La Comunidad Económica Europea está en peligro como estructura de confianza y dejaría atrás su cadena de logros cuando de forma precoz, tan sólo una docena de años después de una guerra mundial ruinosa, seis valientes y decididas naciones europeas -algunas recientes enemigas en la conflagración bélica- se aliaron para asegurar la paz y tranquilidad.
Fue el Tratado de Roma (1957) firmado por Bélgica, Francia, Alemania Occidental, Italia, Luxemburgo y Holanda el grupo de signatarios que estableció la CC.EE. Mágica fórmula para aunar voluntades que hizo desaparecer las tensiones entre Francia y Alemania, reconstruyó y, en una década el nivel económico de sus miembros se había más que cuadruplicado. ¡Gran lección de humanidad! En aquel periodo inmediato a la post guerra cuando Europa también luchaba contra una recesión, como en la actualidad, resultó evidente que la supervivencia de los estados dependía de la unidad. Así, la historia de las Relaciones Internacionales fijó su ecuación: Unidad es supervivencia y felicidad.
Los sueños del ministro de asuntos exteriores francés Robert Schuman y del comisario del desarrollo Jean Monnet entusiasmaron al viejo continente: así se crearían la CECA (Acero y Carbón) y EURATOM (Energía Atómica) para brotar al final la ya mencionada CC.EE. Mas, los pésimos manejos políticos de líderes y seudo líderes europeos fueron destruyendo los equilibrios y móviles comunes.
El momento es propicio para recordar la sabiduría de las abuelas chilenas: “Hay que tener mucho cuidado cuando se invita a la casa”. Y, algo así pasó con los nuevos comuneros pues el grado de desarrollo económico relativo de más de algún nuevo invitado comenzó a dejar forados en la CC.EE que hoy día ponen en peligro la supervivencia de esta magnífica creación internacional económica, en que ya la unidad de criterios como regla general es más bien difícil.
Está en peligro la supervivencia de esta agencia rectora, que de no aunar voluntades puede matar anhelos, equilibrios y ancestrales sueños en el continente europeo y en el mundo entero.
Chile -mañoso, peleador y contradictorio- debe aprender de estos paradigmas. El Nuevo Orden Internacional en lo jurídico, económico, político y social no se consigue sino a través de la franca y desinteresada suma de voluntades. Es que sólo de aquella forma, borrando inequidades se alcanzan las felicidades que constituyen logros de humanidad.

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