Universidad Andrés Bello: Líderes en formación de monitores en educación sobre el VIH/SIDA

/ 23 de Junio de 2017

La enfermedad ha aumentado su contagio entre los jóvenes. Pensando en ello, en UNAB diseñaron un programa que aporta efectivamente en su prevención.

 

publi-unab-world_aids_day_ribbon copia Estadísticamente, en los últimos años, han aumentado fuertemente en nuestro país las cifras de personas menores de 40 años que contraen VIH/SIDA. Es por esto que es fundamental prevenir su transmisión en los rangos etarios previos, especialmente en adolescentes. Esto es parte del diagnóstico que realizó al respecto el cuerpo académico de la carrera de Tecnología Médica de la sede Talcahuano de la Universidad Andrés Bello, quienes, con el afán de entregar una educación cada vez más integral a sus alumnos, decidieron tomar parte activa en la difusión de la importancia de prevenir la transmisión de esta grave enfermedad.

Al respecto, la Directora de carrera, Alejandra Soto, explica que presentaron un proyecto a concurso interno, el cual se adjudicaron. “La Universidad nos entregó recursos para realizar un programa de preparación de estudiantes como monitores en prevención de esta patología, buscando formarlos integralmente en las temáticas relacionadas con el VIH/SIDA y, en general, infecciones de transmisión sexual. Esto porque sabemos que en nuestra Región hay pocas iniciativas que apunten a educar a la población joven sobre este tema. Nos motiva ayudar, y eso es lo que queremos: intervenir directamente en la población más vulnerable en este tema, que son los adolescentes, antes de que se vean expuestos al contagio. Por eso, los 25 monitores que ya formamos en la UNAB están trabajando con estudiantes de enseñanza media de liceos, de tercero y cuarto medio”, detalla la docente, enfatizando que a nivel regional son cincuenta los jóvenes capacitados en esta materia por lo que la Unab está aportando con el 50 % del total de monitores.

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Directora de Tecnología Médica, Alejandra Soto, y la docente Paloma Campos.

Agrega que la invitación a participar de esta iniciativa está abierta a toda la comunidad estudiantil, con énfasis en quienes tengan formación previa en ciencias básicas del área de la salud, para someterse a una selección en la que se escoge a quienes tengan mayor interés de ayudar. “A los seleccionados se les capacitó a través de varias jornadas sucesivas en la universidad, con docentes nuestros y con relatores de distintos servicios de salud y, luego de esta capacitación, los monitores realizaron su propia intervención en los liceos de Tomé, impactando directamente a 250 estudiantes de enseñanza media”, explica Alejandra Soto, quien detalla que los escolares ven a los universitarios como un igual, por lo que se forma una relación más estrecha entre ellos, estableciéndose un vínculo más directo que si se tratara de una charla dictada por un especialista. “Yo, como microbióloga, puedo ir a hablar con los estudiantes sobre el virus, pero el joven no sentirá conmigo la misma confianza, por ser adulta. En cambio, cuando el que promueve este tema es un par, la cosa es distinta, no hay barreras y es más fácil plantear inquietudes”, enfatiza sobre la efectividad de la iniciativa, que este año pretenden extender nuevamente a la mayor cantidad de estudiantes para cubrir distintas zonas del Gran Concepción, como las provincias de Ñuble y Arauco.

 

Foco puesto en los adolescentes

Todo este esfuerzo se enmarca en el hecho de que la UNAB forma parte de la Mesa Intersectorial de VIH/SIDA e ITS, instancia coordinada por la Secretaría Regional Ministerial de Salud Pública, y en la que la universidad es representada por la también académica de Tecnología Médica, Paloma Campos. “Nuestra presencia en esta Mesa tiene como objetivo unir a los distintos actores sociales que se ven involucrados en esta problemática. Esto nos permite aportar, desde nuestra realidad como universidad, y como carrera del área de la salud, al desarrollo de estos objetivos, definiendo que nuestro foco de atención son los adolescentes, lo que está respaldado con cifras que son muy elocuentes. Si bien la población de mayor riesgo es la comprendida entre los 20 y 44 años, ha habido un aumento sostenido de esta enfermedad entre personas de 10 a 19 años, es decir, nuestros adolescentes. Esto se debe, creemos, a que ellos manejan sus propios conceptos sobre la enfermedad, con ideas preconcebidas que no siempre son verdaderas. Por eso, desde el punto de vista biológico, social y médico es muy importante que podamos llegar a ellos”, explica la docente.

En cuanto a las cifras que entrega el Ministerio de Salud, entre 2005 y 2013 fallecieron en el país 3.900 personas producto de esta patología. De ese total, 323 eran de la Región del Biobío y, al desagregar por comunas, la tasa de contagio más alta se encuentra en Lota, con 5,1 afectados por cada cien mil habitantes, ránking en el que le siguen Penco y Tomé. “Nos hemos dado cuenta de que hay muchos factores sociales que influyen, como la equidad de género, la calidad del abordaje de la sexualidad en los adolescentes, la violencia en el pololeo y el consumo de drogas. Es un fenómeno social muy interesante, pero también muy complejo”, destaca.

Añade que en 2015 se reportaron 250 nuevos portadores de VIH en la Región, lo que singnifica un aumento de un 17 % aproximadamente respecto del año anterior, lo que es preocupante. Por eso, como universidad, debemos hacernos parte de su prevención”, detalla Paloma Campos.

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