El mosquito que propaga el virus Zika puede picar a todos por igual, pero son las embarazadas quienes pueden tener consecuencias más graves, ya que mantienen por más tiempo el virus en la sangre e impacta exclusivamente a embriones y fetos.
Según han demostrado las investigaciones hasta ahora realizadas, el tejido neural fetal es el que tiene una mayor predisposición para ser infectado por el “Zika”. Sin embargo, la ciencia aún no ha logrado desentrañar cuáles son los elementos que hacen que el virus prefiera atacar el sistema nervioso central inmaduro y no otros órganos.
Así también se ha establecido que las pacientes embarazadas infectadas que presentan más sintomatología, tienen mayor probabilidad de que sus hijos sufran alteraciones que aquellas que no los presentaron.
Las principales complicaciones que el virus Zika produce en el feto son las derivadas de las alteraciones en el sistema nervioso central, entre ellas, la microcefalia, que se caracteriza por un tamaño anormal en el perímetro del cráneo.